El Altiplano: la coca es sagrada

El Lago Titicaca (o Titikaka, como lo veremos escrito en la mayor parte de los carteles bolivianos), es el lago más grande del continente y el más alto del mundo. El Titicaca abre una brecha en la cordillera de los Andes, que desciende desde el Perú hecha una sola cadena y la divide en varios cordones montañosos. Entre esos cordones, se extiende el Altiplano, una inmensa llanura cuya altitud  alcanza los 5000, y que en Bolivia está enmarcada por las tres ramas andinas que recorren el país. Es un paisaje desolador y agresivo, de clima helado, escasas precipitaciones, y frecuentes salinas y desiertos…

Ilusiona contemplar algo que estudiaste una vez hace mucho tiempo en un libro de geografía, en aquellos tiempos lejanos en los que los niños españoles estudiaban Geografía Universal. Ahora no la estudian, por supuesto, aprenden la geografía de su pueblo y de su comunidad autónoma, algo mucho más útil que estudiar una llanura desolada y lejana, muy lejana. Sin embargo esta lejanía no impidió que un grupo de absurdos antepasados, emigrados al Nuevo Mundo, se plantearan instalar una ciudad. La Paz se supone que se llama así porque se fundó tras años de guerras intestinas de los españoles en el seno del Virreinato del Perú, pero yo pienso que fue más bien que se instalaron en el Altiplano, se quisieron matar tras una semana allí, se bajaron unos metros, dibujaron el mapa básico de la plaza de armas y la catedral, y luego se sentaron jadeando: «¿Bautizar la ciudad? Déjame en paz, yo me voy a dormir… solito, que el corazón ya no me da más, dame que mastique eso que rumian estos indios todo el día, dios mío qué mesecito que llevamos, con lo a gusto que estaba yo cuidando ovejas en Extremadura…que no, que no puedo pensar ningún nombre ahora, ¡que me dejéis en paz!!!»

Por supuesto, no es eso lo que nos cuenta Celso, el conductor que nos alcanza al Titicaca, aprovechando el día libre que aún tenemos antes de empezar las reuniones. Él habla y nosotros escuchamos, porque él es un semidios con glóbulos en las venas, y nosotros unos pobres mortales con taquicardias. Celso se compadece de nosotros y nos compra hojas de coca, que él también toma, después de santiguarse: «la coca es sagrada» nos explica. Vaya si lo es, nunca estuve más de acuerdo con otro ser humano. Primero recorremos El Alto, por una única calle de doble sentido sin asfaltar. Celso se despacha con el alcalde, cercano al gobierno de Evo: nos dice que no ha hecho nada de nada, como el de La Paz, y que la gente está furiosa con ambos (pronto veríamos que tenía razón, en las elecciones municipales que se celebrarían unos días después, la oposición le arrebatará el gobierno de ambas ciudades al oficialismo). Por el camino vemos unas construcciones kitch bastante curiosas, una especie de palacetes recargados, de grandes cristaleras coloridas de clara inspiración indígena. Son los «cholets», las mansiones que la ya cada vez más empoderada burguesía aymara se construye. Las casas de los «cholos» nuevos ricos, que incluyen salones de baile en la primera planta, de alquiler para bodas y fiestas de 15. La denominación tiene un poso obviamente insultante, pero en un alarde de profundo sentido del humor, muchos se han adueñado del término, y lo usan con orgullo. Se puede encontrar muchos artículos en internet sobre la arquitectura de los «cholets», cada vez más populares y reconocidas en el extranjero.  Luego nos adentramos en el inmenso y sobrecogedor Altiplano, que es uno de los paisajes más impresionantes que he visto en mi vida. El Titicaca también impresiona, aunque no nos dio tiempo a llegar al punto en que todo el horizonte es agua y solo agua, y tienes realmente la impresión de encontrarte ante el océano, y no ante un lago. Como el Río de la Plata en Montevideo, vamos.

En los días siguientes, ya empezamos las reuniones, pero en los huecos y cenas, aún tuvimos tiempo de observar detalles de una nueva ciudad que empieza a despertar, como los locales y restaurantes de diseño en el bohemio y cuidado barrio de Sopocachi. Vamos encariñándonos con detalles como las «cebras», funcionarios municipales disfrazados de cebras que cómicamente tratan de regular (un poco) el caótico tráfico diario. Aunque la mayor apuesta para arreglar el tráfico, sin duda es el impresionante Teleférico, diseñado a partir de un estudio financiado por la AECID (momento de promoción institucional, jejeje). No se queda en una simple atracción turística, es un proyecto de metro aéreo, con (por ahora) tres líneas que conectan los principales puntos de la ciudad, y coordinado con la red de buses. Todos recomiendan la línea amarilla, que atraviesa Sopocachi, hasta el sur, en donde están los barrios acomodados. Los ricos se las arreglan siempre para vivir mejor, y en la Ciudad Cercana al Olimpo, se vive mejor lejos de éste, mas pegado a la tierra, a menor altura. Los ricos, por tanto, viven a una media de 3000 metros: puro lujo, se nota nada más bajar del teleférico. Allí me desplacé buscando a Iván, el Artezzano, un diseñador local que logra resultados espectaculares y modernos en la clasiquísima y tradicional alpahaca. Una sugerencia de Clara (las buenas diplos siempre logran este tipo de datos), que se plasmó en una mutua admiración, cuando Iván comprendió que yo estaba más que dispuesta a dejarme seducir por nuevas formas y colores.

Volví a subir, contemplando desde el teleférico el mar de construcciones encaramadas hasta lo más alto de los cerros, como si quisieran llegar hasta el mismísimo Huayna Potosí, el alto cerro que parece vigilar que la ciudad no sobrepase sus 6000 metros… porque más allá, pasado el Altiplano, sólo queda el Olimpo…

Y uso la palabra «mar», en esta Bolivia mediterránea, porque justamente de eso tratará el tercer y último capítulo de mi periplo en La Paz…

Altiplano

(Nota para españoles: en Latinoamérica, la palabra «mediterráneo» define a los dos países sin mar, Bolivia y Paraguay, y por tanto «en medio de la tierra»… otro conocimiento perdido con la desaparición de la Geografía Universal de nuestros planes de estudio…)

2 Comments

  1. cotorra433 - 3 mayo, 2015

    UN PANTALLAZO ESPECTACULAR…CARIÑOS MARIA EUGENIA…!!!!

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