Mordiscos celestes

Pongo la radio y me encuentro con un biologo analizando los efectos en la piel tras recibir un mordisco humano. Estoy por cambiar de emisora pero me puede la responsabilidad y escucho con atencion. Gracias a Luis Suarez, me estoy haciendo de unos conocimientos inéditos, nunca pensé que un mordisco pudiera dar tanto que hablar. Nunca me peleé más por un tema con tanta gente distinta. Pero ya me voy quedando sin nuevos matices, y con esta nueva informacion fitosanitaria del moridsco, mis peluqueras, compañeras habituales de tertulia deportiva, me hacen la ola. Y no te digo ya mi personal de mantencion, que se quedaron todos impresionados cuando zanje la discusion por la sancion a Suarez con un «nulla poena sine lege». Por fin me sirvio de algo la carrera de Derecho, para defender a Luis Suárez, que no se me alteren mis amigos orientales, que ya me reclaman porque sólo consigno las épicas de la Roja (verdadera) y nada sobre la Cumplidora Celeste.

Desde que he descubierto mi nueva vocacion de comentarista deportiva, estoy disfrutando como un Dothraki galopando en las praderas, pero con el estrés de un Lannister moroso. He dedicado mis horas a perfeccionar mi estilo. De mi locutor chileno favorito he aprendido la grandilocuencia: que partido me regaló el sábado, que penales contra Brasil que entonó, «Chile silenciando a Mineirao», pero tambien aprendo de sus momentos bajos, «Chile lo que necesita es encontrar la pelota y jugar con rapidez» soltó el estratega, haciendome ver que hay espacio para mi en el sector… De todas formas, el partido del sábado me reconcilió un poco con él,  porque lo cierto es que tuvo momentos gloriosos despotricando contra los brasileros, «grandotes abusadores»gritaba, y luego cuando el brasileño Hulk se puso a lloriquear por un codazo de nada se preguntó «¿para que se llama Hulk entonces?»,y ya en el descanso antes de los penales se quejaba, «¡y que no se pueda fumar…!». Estuvo genial, me contagio su pena al final del partido. Y es que los brasileños jugaron tan mal que merecieron perder en todo momento, yo estoy segura que hasta la hinchada brasileña al final animaba un poco a los chilenos de puro enfado con su equipo. Hubo un momento para la historia, cuando la mitad de los jugadores chilenos estaban tirados por el suelo, y los «grandotes abusadores», esos que se han creído que tienen derecho porque sí a ganar la Copa, los miraban brazos en jarra, alucinados de que no se desgastaran, de que al final volvieran a sacar energías de la pura terquedad y siguieran peleando, como conejitos de Duracell, hasta el último penalty (o penal, como dicen los sudamericanos, nota para españoles)

Del comentador digital en directo de El Pais, he aprendido de la furia por las estadisticas absurdas: «el porcentaje de precision en el pase es el mas bajo de la Canarinha en un Mundial desde 1966» le leo en pleno infartante alargue del CHIvsBRA, ah menos mal, desde 1966, yo hubiera jurado que desde 1978, pero si el dice 1966, me lo creo… Luego le lei que Chile habia ganado en posesion del balon, que es probablemente el consuelo mas inutil que te pueden ofrecer cuando te han eliminado a penales. Qué atinado estuvo Sampaoli cuando dijo que no existen las victorias morales, sólo las victorias de los que marcan más goles. (¿Me leerá Sampaoli…?)

Y luego, por supuesto, tampoco puedo olvidar a algunas de mis lectoras femeninas, concretamente las que en el fondo pasan bastante del fútbol y se ven los partidos para no estar desconectadas de la realidad, pero que se los pasan mirando a los jugadores. El Uruguay vs Colombia me lo vi con correspondiente amiga y amigo gay, que inmediatamente sacaron a relucir las camisetas ajustadas que lucían los de la Celeste, y yo, feliz, recordé aquellos días hermosos del Mundial de Sudáfrica y de la Copa de América de Argentina, contemplando los abdominales de Forlán, aquellos sí que fueron buenos tiempos… porque el James colombiano, aunque jovencito, tiene su gracia, pero nada que ver con mis celestes, y además es bastante desconcertante que sus padres lo llamaran «James» para pronunciarlo a la española ¡que lo hubieran llamado Jaime!

Pero lo más importante que he aprendido en estos tiempos formativos para ser cronista deportiva, es lo esencial de cerrar la crónica con una buena frase, y para que no se me quejen mis amigos orientales, ésta la concluiré con las sensatas declaraciones del seleccionador Tabárez, que me parece que simbolizan el sentido común equilibrado y digno que siempre me seduce del «paisito»:  «La distancia entre ganar y perder es mínima. Cuando se gana no hay que dar rienda suelta a la euforia, y cuando se pierde tampoco creer que está todo mal»

 

2 Comments

  1. Anónimo - 20 julio, 2014

    Dearest
    DEPORTIBULUS GALLEGUENSIS,

    Queda saldada la deuda y se da correspondiente carta de pago.
    Sufrimiento con sufrimiento se paga. Gol con gol se paga. Discurso con discurso se paga.
    Pesos con dólares se pagan. Mordidas con sanciones, destierros y yerro caliente se paga.
    El resto debe ser con MASTER, VISA o OCA CARD.

    Yo te comprendo Marilú: te tuviste que levantar con lo de España (partido y rey), luego
    con lo de Uruguay (dientes y garra charrúa), luego con lo de Chile (locutor y pisco amargo)…
    Sos un pararrayos de males! Una esponja de sufrimiento…
    Hacete ver por una curandera o pasate un ajo por allá y plántalo al pie de un olmo.
    La vida sigue. Todo te hace más fuerte. Adelante siempre adelante (pero mirando a derecha
    e izquierda para que no te mate un camión lechero).
    El fuerte y uruguayo abrazo de siempre.

    Y esto se termina. Cero futbol hasta dentro de cuatro años.
    Andá a saber entonces por qué cuadro te toca cinchar.
    El mundo cambia tan rápido.

  2. Las vacaciones que la Humanidad disfruta cada 4 años | bitacora de bronte - 17 agosto, 2015

    […] Este ha sido el Mundial de los arrieritos: alemanes contra brasileros, holandeses contra españoles, y casi contra argentinos, pero ahí llegaron los alemanes en nombre de Europa… En un mundo amnésico, donde líderes políticos cambian sus declaraciones sin que nadie haga el esfuerzo de recurrir a las hemerotecas para llamarles la atención cuanto menos, nadie olvida nada en el fútbol, cuántas veces ha salido a relucir la sanción al italiano Tassotti por aquel ya lejanísimo codazo a Luis Enrique en el debate por los mordiscos de Luis Suarez. […]

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