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Mariquitas

Mariquitas

Mariquita, mariquita, ponte el manto y vete a misa…

¿Por qué eso de «ponerse» el manto? Es absurdo, es su piel. Y eso de irse a misa, ¿a qué viene?

Fue lo primero que pensé al volver de mi largo viaje de trabajo y fui a ver mis rosas… Las había podido admirar desde la calle, al mirar mis ventanas, qué bonitas se veían… claro que desde la calle no se veían los pulgones… y los tenían. Muchos. A decenas. Mis hermosas rosas de incipiente primavera cubiertas de pulgones… se veían más verdes que rosas… tras dos semanas sin fumigarlas, los cabrones de habían aprovechado a base de bien y ahí estaban, tan felices.

Comiéndose mis rosas.

La furia me embargó. Miré con rabia las arañas que triscan felices por mi alféizar (mi alféizar es un pequeño zoo de insectos, vamos) y les grité: ¿por qué no coméis pulgones?

Y fue ahí que me acordé de las mariquitas que se ponen el manto y se van a misa. Me acordé que entre misa y misa, la mariquita es conocida por comerse a los pulgones.

Me fui al móvil para guasapear a mi amigo Javier. Mi amigo Javier es el mejor jardinero urbano que conozco. Su casa es un invernadero feliz lleno de plantas hermosas y relucientes. Mis tres tristes alféizares no son ni de lejos nada parecido a la casa de Javier, pero bueno, yo me defiendo, tengo mis tres ventanitas, y las tres tienen plantas que me gusta mirar cuando llego hasta el portal de mi casa y echo una ojeada hacia arriba.

«Javier, dónde puedo conseguir mariquitas?»

Javier se tomó su tiempo en responder. Al cabo de un rato largo se iluminó la pantalla. «No entiendo»

«Que dónde puedo conseguir mariquitas… no sé, comprarlas, alquilarlas…»

«Sigo sin entender»

«Es que creo que serían muy útiles, y además son chulas»

«¿Para qué?

«¡Pues para mis rosas! A ver, se alimentan de pulgones, no??»

Supongo que en este punto debería aclarar que mi amigo Javier es gay. Y que justo cuando estaba tecleando algo así como «LOS HOMOSEXUALES SOMOS SERES HUMANOS, NO COSAS ÚTILES QUE COMPRAR, Y YA NO QUIERO SER TU AMIGO…», se le encendió la bombilla con lo del pulgón y me llamó muerto de la risa…

El caso es que Javier no sabía nada de mariquitas. Del insecto rojo con 7 lunares negros, entiéndase.

Así que me puse a investigar en internet. Y descubrí un mundo. La mariquita despierta pasiones. Resulta que son unos bichitos voraces. Pero cuando son pequeñas. Cuando son larvas. Al crecer, se la pasan poniéndose el manto y volando, no para ir a misa precisamente, sino para encontrar pareja con la que fornicar como locas y poner huevos. Porque las mariquitas son muy heterosexuales, que conste. Pero de esos huevos salen unas larvas ciegas que durante su tiempo de gusanito comen en torno a 50 pulgones por día. Solo de pensar en esa matanza pulgonera me pongo a temblar de la alegría… Seguí googleando para ver cómo conseguir mariquitas, y así fue como descubrí a Javier. Otro Javier. No sé si este Javier es gay o no. Lo que sí que puedo decir es que es un «mariquita lover«. Pero furioso. Él siempre quiere tener mariquitas cerca. Y elaboró tanto su pasatiempo que acabó haciendo un negocio del tema. Tiene una página chulísima que os recomiendo www.criamariquitas.com

Acabé llamándolo por teléfono. Javier es majísimo. Al principio fue pesimista: un par de plantas de jardín no serían suficientes para unas larvas voraces. Yo le aseguré que mis rosas ya no son rosas sino verdes, de la cantidad de pulgón que tienen encima. Aún así, dudó, en una maceta, en una ventana, no sé yo, se te pueden echar a volar… Se ve que lo de ponerse el manto e irse a misa es más fuerte que ellas, vamos… Al final, juntos llegamos a la conclusión de que podría instalar una casita de mariquitas en mi ventana. Con sol y sombra, y que no se calienten mucho. Y que les eche pulgones de alimento. Y que lo más seguro es que se pusieran a follar como descosidas y que de ahí saldrían huevos que posar en el rosal.

Acabo de hacer la transferencia. Este miércoles llegarán mis 15 mariquitas.

Desde entonces, miro mis rosas con pulgones y sonrío con maldad… ya os llegará vuestra hora, malditos cabrones…